Cerca del agua [Privado/Zhyrley]

Era de noche.. Noche en Londres, y yo caminando solo. Solo ¡Ja! No sería problema, si llamaba a Sebastian, aparecería sin duda.. aunque por ahora, no había señal de problema, y quería un minuto lejos de la mansión, de mis sirvientes y demás cosas.
Es raro que yo diga esto. Digo, soy Ciel Phantomhive, el Conde Phantomhive, dueño de una gran compañía, y todo lo que la gente dice, pero tampoco dejo de ser una persona humana, y de vez en cuando necesito algo de tranquilidad.
Así pues, había salido a caminar, después de que mi carruaje me dejó en un lugar neutro, hasta llegar a las orillas del Río Támesis. Estaba vestido con un traje normal, de niño de calle, porque si era muy ostentoso llamaría la atención, y justamente era lo que no quería. Si llamaba la atención, alguien se daría cuenta de que el Conde Phantomhive estaba aquí.. si hasta había cambiado mi habitual parche negro por una venda blanca y unas ligas para sujetarla.

-Así que.. el Río Támesis.. Hace mucho que no vengo a este lugar.

Estaba aburrida de estar en la mansion asi que en cuanto se durmieron todos me escape y fui al Rio Tamesis. Vistiendo con un vestido de una jovennormal pues no queria que me decubrieran. Vi hacia el cielo ya que nunca habia visto la noche desde el Rio Tamesis

Miré mi reloj de pulsera. Estaba oscuro, pero aún era temprano. Suponía que Sebastian ahora debería estar arreglando los cubiertos, haciendo la cena o algo por el estilo. Le dije que saldría, y ni siquiera se opuso, no es que pudiera hacerlo tampoco, después de todo, lo que el contrato estipula es que tiene que obedecerme en todo, hasta que el deseo que yo le pedí se hubiera cumplido.
Me agaché con cuidado, y con la mano rozé el agua del río. Helada, sin duda. Era una sensación extraña, pero levemente placentera. Era como quemarse la mano y segundos después colocarla en un bol de agua fría. Delicioso.
Sentí pasos a mis espaldas. Suspiré y velozmente me puse en pie, sequé mi mano, arreglé mis ropas lo más rápido que pude y me giré. No era quien yo esperaba, ninguno de mis sirvientes de la mansión, ni Sebastian, ni nadie que se le pareciera. Por el contrario, era una chica, aunque por su apariencia, se notaba que era de una familia noble. Aunque yo no la conocía, no se si ella lo haría.
Aunque quería estar solo, ella no era una persona que me fuera a complicar mi existencia.. así que no me molestaba su presencia.

-Buenas noches.- la saludé de lejos, girando mi vista para verla de frente.

Hoy que alguien hablo baje mi cabeza y vi una persona, parece de mi edad y aunque use esa ropa parece noble aunque con la oscuridad que hay no lo distingo bien. Asi que lo salude:

-Buenas noches-

Noté que demoró un poco en darse cuenta de mi presencia, aunque no era algo que me importara realmente, ni siquiera lo conocía, pero además, aunque me gustaba el silencio, en la noche me daba un poco de nervios.
Me saludó igual que como yo lo había hecho, parecía algo tímida, aunque tal vez era solo mi idea, y aunque estuviera vestida de una forma no muy elegante, se notaba de igual forma que ella era de una familia noble. Así pues, no tenía problema en estar un rato hablando con ella.
Después de pensar eso, di un par de pasos, hasta quedar lejos del agua y acercándome a ella, pero aún a una distancia considerable.

-¿Qué hace una chica como tú a estas horas aquí?- pregunté, por mera formalidad, y luego aparté la vista -Me llamo Ciel, Ciel Phantomhive.

-Ah yo pues este queria alejarme de mis conocidos haci que escape mientras todos estaban dormidos, mi nombre es Zhyrley Zavaleta es un gusto Ciel Phantomhive.

Le respondi algo timida

Me quedé frente a ella, aunque aún manteniendo mi distancia, mientras la escuchaba hablar.. Se llamaba Zhyrley, Zhyrley Zabaleta.. Pues, la verdad es que su nombre no me sonaba, pero tal vez su apellido.. Ya le preguntaría a Sebastian, el seguro sabría decirme de que familia es la muchacha..
También mencionó que quería alejarse un poco de sus conocidos, asi que escapó de su mansión mientras estaban dormidos.. Bien, era algo parecido a lo que yo había hecho, solo que Sebastian si sabía que yo me había ido. Nada novedoso.

-Ya veo.- mencioné, mirando hacia otro lado -Yo simplemente le dije a mi mayordomo que saldría un rato.. Solo tenía ganas de tomar aire fresco.

-Oh-le respondi- tu apellido me suena familiar- de seguro es noble.

-Pero buenono pensaba encontrarme con alguien

Me dijo que mi apellido le sonaba familiar, me quedé observándola, aunque era posible que si reconociera el apellido Phantomhive, digo, eramos una familia conocida.. Aunque ahora yo sea el único miembro en pie con ese apellido.

-Pues, la verdad, tu apellido también me suena familiar.- le dije, sincerándome con ella. -Pues, la familia Phantomhive es conocida por ser dueña de una corporación millonaria, somos conocidos en Londres.- añadí, simplemente.

Al parecer, ella tampoco pensaba encontrarse con alguien, no era una coincidencia, casi nadie se acerca al Río Támesis en las horas nocturnas, sobre todo porque el nivel de este crece, como si se tratase del mar, y es algo peligroso estar en los alrededores.. aún así, eso no me preocupaba en lo absoluto, si llamaba a Sebastian, aparecería, y no tendría que hacerme problema en que me ocurriera algo.. no se si ella también tenga a un demonio como mayordomo, no somos muchos los casos.. Aún así, si no lo tenía, y la crecida del río aumentaba, no creo que fuera mucho problema pedirle a Sebastian que también la pusiera a salvo a ella.. Una simple acción no era nada.

-Yo tampoco pensé que viniera alguien aquí a esta hora.. aunque veo que me equivoqué.

-Pues si creo que nos equivocamos- le dije riendome - pero bueno ya estamos aqui ademas yo no quiero regresar a la casa donde estoy actualmente.

-Por cierto me encantan los peluches que fabrica tu compañia.

La escuché hablar, era cierto, ninguno de los dos habría pensando en encontrarse a alguien más aquí, y es que era raro, dado la hora avanzada, es difícil pensar que puedes encontrarte a otra persona cerca, pero al parecer ambos estábamos equivocados respecto a ese tema.

-Si, pues.. Yo aún no quiero volver a la mansión. Necesitaba algo de libertad.

La escuché mencionar acerca de los peluches de mi Compañía, al parecer le encantaban, bueno, he de decir que mi compañía hace buenos juguetes, así que seguramente le parecerían lindos, de hecho, varios ya me habían dicho acerca de estos y tantas otras cosas que la compañía Phantomhive hace.

-Pues.. gracias.- respondí, mirando hacia el río. -Entonces, si conoces mi Compañía..

Di unos pasos para hacercarme a el y le dije:

- Pues la verdad he oido mucho de ella, pero creo que me dieron mal la informacion del dueño ya que dijeron que solo le interesaban sus negocios, pero a mi me parece que tu eres muy atento, amable, que sabe eschucar y ademas eres muy lindo y hermoso.
-Perdon tal ves no devi decir lo ultimo pero es que es verdad perdoname, por favor

La noté acercarse unos pasos hacia mí, me puse levemente nervioso, ya que ahora estábamos bastante cerca el uno del otro, pero sin embargo, no me moví de mi lugar, ya que no quedaba muy educado, mucho menos enfrente de una chica de la nobleza.
La escuché hablar, dijo que había oído hablar acerca de la Corporación Phantomhive, pero que le dijeron que el dueño solo era una persona interesada en sus negocios y en nadie más.. Bueno, en parte es cierto, he hecho cosas no muy buenas desde que Sebastian ha estado a mi lado, pero fue solo contra personas que no querían mi bien, o el de mi Corporación.
Lo que me shockeó fue que ella dijo que era atento, amable, que sabía escuchar, pero que además.. era lindo, y ¿Hermoso?
Mis mejillas se tiñieron levemente de rosa, y aparté la vista hacia un costado, sin poder ver sus ojos, escuchándola disculparse por haber dicho lo último, pero diciendo que era la verdad..

-N-No, no hay problema.. gracias, en serio.- dije, tratando de recuperar un poco la compostura -Tú también eres muy amable, atenta, eres buena.. y me haz caído bien.- añadí, respirando profundo, y tragando duro mi saliva.

Me detuve y vi que estaba como en shock y que habia apartado su vista a un lado, de seguro para no verme, yo era culpable de eso asi que agache mi cabeza y luego oí lo que dijo que yo era también muy amable, atenta, buena, pero me sorprendio que dijo que yo le caigo bien, la verdad es que nunca he puesto atención a lo que me dicen pues la mayoria son solo para decirme mis defectos pero cuando el dijo eso mis mejillas se pusieron un poco rojas.
Despues de eso reacione de lo que estaba pensando y le respondi:

-G,Gra, Gracias.

Aún con la cabeza agachada.